Consejos para enfrentarnos el gran reto de motivar a nuestros hijos, cuando no quieren hacer las tareas escolares.
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Charla con tus hijos
Ante todo, habla con tu hijo y
pregúntale porqué le cuesta tanto hacer los deberes. Puede que haya algún
motivo preocupante que debería solucionar: cansancio, falta de sueño,
intranquilidad por algún problema interno, falta de espacio de trabajo,
sobrecarga de deberes.
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Ten más paciencia con tus hijos
No le grites, ni le fuerces, los niños
deben asociar los deberes con algo positivo para ellos. Si ves que los nervios
te llevan a alterarte y sacarte de casillas, mejor que te vayas a dar una
vuelta por la casa, hacer unas respiraciones profundas, y volver con las
energías renovadas.
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No castigues a tus hijos
Los castigos no suelen ser los mejores
aliados y los asociarán con que los deberes son algo negativo. Es preferible
premiarles con algo, a ser posible no material, como por ejemplo jugar juntos un
rato después, que te ayude a hacer la cena a solas sin sus hermanos, o
dejándoles jugar con algo que les gustes.
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No le metas prisa a tus hijos
Aunque lleve toda la tarde. Hay niños
que no funcionan bajo presión, y que necesitan mejorar su autoestima, así que
deja de lado todas esas frases del tipo: ¡todavía por ahí!, ¡con lo fácil que
es!, y esos murmullos y caras de desesperación; y sustitúyelas por unos: ¡bien
ya llevas hecho mucho!, ¡esto te está saliendo muy bien!, un abrazo, y un
cariño.
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No le hagas los deberes
Ya sé que es muy complicado que tras
una hora mirando el mismo ejercicio no termines arrancándole el lápiz de las
manos y se lo hagas tú, pero debes quedarte con las ganas, el profesor sabe que
tú sabes hacerlo, así que si no saben hacer algo tienes dos opciones:
explicárselo e intentar hacerlo solo con tu ayuda, o dejar el ejercicio en
blanco para que el profesor sepa que ese ejercicio no lo entiende y debe
incidir más en su aprendizaje. No dejes que dependan de ti para hacer los
deberes.
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Crea una rutina diaria
Puede ser primero merendar, luego
hacer los deberes y luego jugar; y no te rindas a la primera de cambio, debes
hacerlo siempre igual.
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Plantéales pequeños retos a conseguir
con compensaciones
¿quieres que te enseñe a sumar con llevadas?...
¡puedes darle una sorpresa a tu profesor! E inventar juegos para incentivar las
operaciones matemáticas como las cartas, o la escritura haciendo notas a sus
compañeros.
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Habla con los profesores de tus hijos
Si los problemas persisten, es importante
hablar con sus profesores para saber si en el colegio también le cuesta hacer
los ejercicios o solo es en casa, para saber dónde puede estar el problema, o
si se necesita ayuda externa.
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