Manejo de emociones
La
rabia y la ira pueden convertirse en un reto, aparece rápidamente la falta de
respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no tarda mucho en aparecer la
agresión o las rabietas si el niño no sabe cómo controlar y manejar estas
emociones. No hay que reprimir estas emociones en los niños, hay que mostrarles
qué significan y enseñarles las habilidades adecuadas para controlarlas.
1. Que entienda
y exprese sus sentimientos:
Enséñele al niño a ponerle nombre a sus sentimientos.
¿Qué
sientes? Ira, enfado, rabia, frustración, decepción… Muchas veces, el
comportamiento agresivo se puede deber a sensaciones como la tristeza, la
vergüenza, el no poder hacer, etc… Hablar con el niño sobre sus sentimientos de
forma habitual, conllevará a que aprenda a entender sus sentimientos y a
manejarlos de una manera cada vez más conveniente.
2.
Enseñarle a controlar las emociones:
ü La
estrategia del ejemplo
Aprovecha
cualquier momento en que te sientas enfadado para manejar correctamente tus
emociones y después háblalo con tu hijo. Si él ve que tu no pierdes el control,
le enseñará que si se puede controlar.
ü La
estrategia del globo
Pídele
al niño que se imagine que es un globo y enséñele a que inspire muy
profundamente hasta que llene sus pulmones por completo y luego debe exhalar el
aire muy despacio y repetir este ejercicio varias veces.
ü Elogiar al
niño
Esto
debe ser real y sincero. Por ejemplo: Eres un niño muy inteligente, muy capaz,
muy cariñoso…
ü La petición
del cambio de conducta
Una
vez dicho el elogio debes continuar la frase con un “pero”. Por ejemplo: “eres
muy capaz e inteligente, pero necesito que seas mejor compañero de lo que eres
ahora y que ya no les pegues, molestes o agredas a tus compañeros porque a ti
no te gustaría que ellos hicieran eso contigo”.
ü Darle un
abrazo de contención
Si
lo ves muy alterado, dale un fuerte abrazo cubriéndolo por completo; la idea es
que a través del abrazo puedas transmitirle tranquilidad y seguridad.
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