Tips para tener en cuenta con los hijos adolecentes

 





Empatía: ponerse siempre en el lugar de su hijo, llegar a sentir como siente él.

Sentido común: tratar de ser lógico, no dejarse llevar por el dramatismo, ni por los demás, ser consecuente.

Amor incondicional: quiéralo, dígaselo y demuéstreselo, independientemente de sus logros y comportamiento. Eso es lo único importante para que su hijo sea una persona feliz y recuerde que ese tiene que ser nuestro objetivo como padres.

Información: no eluda los temas relacionados con el sexo, las drogas, el alcohol y el tabaco; conversar con su hijo abiertamente sobre estos temas antes de que se vea expuesto a ellos aumenta las probabilidades de que su hijo actúe de forma responsable cuando llegue el momento.

Respeto a su privacidad: cuando se trata de formar a un futuro adulto, tener algo de privacidad se convierte en un derecho de ese futuro adulto. Si existen señales de alerta que indican que puede haber problemas, usted se podría ver obligado a invadir la privacidad de su hijo hasta que llegue al fondo del problema, pero, de lo contrario, manténgase al margen.

·     Respete su espacio: El dormitorio de un adolescente y sus llamadas telefónicas, mensajes, e-mails, etc., deben ser algo privado y no hay necesidad de que compartan con sus padres todas sus ideas o actividades.

· Supervisión: Usted tiene derecho a saber dónde estará su hijo y qué hace. Establezca la costumbre de que explique con quién sale y dónde podría buscársele en caso de necesidad, que lleve el celular con la batería cargada y lo conteste siempre.

Escucha activa: escuchar con atención lo que quieren explicarnos o preguntar. Cuando hable con él, concéntrese en lo que dice. Y, sobre todo, nunca diga “ahora no tengo tiempo”. Hablar también de lo que les interesa a ellos. Dar tiempo para abordar temas que nos interesan a nosotros.

Establecer de antemano reglas apropiadas: sepa ceder y ser flexible. Si su hora de llegada no es la que él quiere, trate de negociar. Si se porta bien, el aumentar la hora de llegada puede ser un premio. Tenemos que fijar normas y límites, pero a través del diálogo, para que nuestros hijos acepten y asuman compromisos.

Tenga también previstas las sanciones. Hay que prever sanciones (tenerlas preparadas) para el caso de que rompa alguno de los compromisos o normas establecidas.

Criticas + elogios: en primer lugar, la crítica y la corrección deben combinarse con el uso frecuente de elogios.

No sermonear: no aprovechar cualquier ocasión para decirles “el mismo sermón”.

No hacer comparaciones: es importante evitar, ponernos a nosotros mismos como modelos o poner como ejemplo a otras personas. Es injusto, ofensivo y un camino seguro para conseguir su animadversión.

Libertad según responsabilidad: a mayor responsabilidad, mayor autonomía, y ante faltas de responsabilidad, restricciones de autonomía.

Perdón: usted puede perdonar y también pedir perdón, eso no le hace más pequeño ante sus ojos sino más grande.

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