Cómo corregir los malos comportamientos de los niños, niñas y adolescentes

 


Cuando se trata de educar a niñas, niños y adolescentes, muchas madres, padres y cuidadores enfrentan un dilema emocional. Por un lado, están aquellos que temen corregir a sus hijos porque creen que si lo hacen van a perder confianza y su cariño y los van a comenzar a ver como figuras “gruñonas” y por otro, están quienes erróneamente creen que, si abordan a los niños sin mostrarse enfadados, impositivos o, incluso, agresivos, terminarán perdiendo el control y la autoridad.
            Lo cierto es que ni la permisividad, ni el autoritarismo, ni el maltrato físico o psicológico funcionan a la hora de reorientar positivamente los comportamientos de niñas, niños y adolescentes.

            Con relación al castigo, diversas investigaciones científicas y estudios psicológicos han demostrado que, en lugar de mejorar las conductas, las niñas, niños y adolescentes que son maltratados, ya sea física o verbalmente, presentan dificultades en su desarrollo cognitivo y socio afectivo, así como mayores problemas para gestionar sus emociones que van desde la pérdida de autoestima, la inseguridad y el retraimiento, hasta la agresividad y la adopción de conductas desafiantes o indeseables.

“Cuando utilizamos el grito, la humillación, la descalificación, el pellizco, la palmada o el jalón de orejas, le estamos enseñando a las niñas, niños y adolescentes que la violencia es un medio para resolver los conflictos y lograr lo que queremos – explica Liliana Orjuela López, psicóloga clínica, máster en Derechos de la Infancia y referente técnica de prevención de violencia intrafamiliar del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) -. Por lo tanto, un niño que es maltratado tiende a actuar de forma más impulsiva y gobernada por sus emociones siendo esta una reacción de su cerebro como mecanismo de defensa ante la amenaza de ser golpeado”, explica la experta.

“La clave está en ser firmes, amables y respetuosos al mismo tiempo. Tenemos que ganarnos la cooperación de los niños en lugar intentar ganarles una lucha de poder”, sostiene Leydi Verania García Gil, especialista en neuropsicología, entrenadora en disciplina positiva y presidenta de la Asociación de Disciplina Positiva Colombia.

Paso a paso para actuar ante un mal comportamiento

 

·         Regula tus emociones

Antes de abordar a un niño o a un adolescente para corregir una conducta reflexiona sobre la emoción que te produce ese comportamiento ¿rabia?, ¿frustración?, ¿impotencia? Si ese sentimiento te desborda lo mejor será respirar profundo y esperar a que la calma retorne a ti.

“Es importante que al momento de corregir estemos tranquilos ya que de esta manera podremos sostener una comunicación respetuosa en donde todos estemos dispuestos a escucharnos, respetarnos y comprender lo que está ocurriendo”, aconseja Gigi Núñez, conferencista certificada de disciplina positiva por la Asociación de Disciplina Positiva de Estados Unidos.

 

·         Crea un ambiente de respeto mutuo

Para educar no hay necesidad alguna de hacer sentir mal al otro. La clave en el establecimiento de normas siendo firmes y, a la vez, amorosos. Por lo tanto, la doctora Leydi García recomienda hablar con los niños sobre los comportamientos inadecuados en privado, sin humillarlos, ni hacerlos sentir mal.

 

·         Crea una conexión emocional y empática

Es importante que trates de comprender qué puede estar causando una determinada conducta en la niña, el niño o el adolescente ¿Tendrá hambre, cansancio o sueño? ¿Estará nervioso o estresado por algo? Se trata de ponerte en los zapatos de tu hijo para detectar la necesidad que está detrás de ese comportamiento, es decir, intentar ir al fondo del asunto hasta descubrir qué fue lo que lo motivó a actuar de esa manera.

En lugar de preguntarle a tu hijo ¿por qué hiciste eso? es mejor decirle ¿qué estabas sintiendo que te hizo comportarte así? o ¿cómo te sentías en ese momento? Cuando los niños están alterados es importante conectar con ellos, ya que cuando se sienten comprendidos o escuchados se sienten mejor y se portan mejor.

 

·         Ayúdale al niño, niña o adolescente a reflexionar sobre sus actos y anímalo a proponer soluciones

Hazles preguntas de curiosidad que lo lleven a comprender cuáles son los efectos y las consecuencias de sus decisiones. Pregúntale, por ejemplo, ¿por qué crees que lo que hiciste estuvo mal?, ¿cómo crees que se sintió esa persona? (en caso de que haya ofendido o maltratado a alguien) y ¿cómo crees que puedes reparar el daño que causaste?, ¿Qué podemos hacer al respecto? Si el niño, niña o adolescente cuenta con normas claras y conoce anticipadamente las consecuencias de infringirlas, lo más probable es que sepa cómo debe aportar para resolver la situación. En este sentido, hay que recordarles que ya se había llegado a un acuerdo y en caso de que no lo hubiera es esencial explicarle por qué su comportamiento estuvo mal y acordar conjuntamente una norma.

 

·         Cuida tus palabra

Por ningún motivo utilices expresiones como te “portaste mal, ya no te quiero”, “me decepcionas", "no te quiero ver ahorita", “no quiero hablar contigo” o “estoy harto de tu comportamiento”. Estas frases generan en los niños y adolescentes el miedo de no ser amados, promueven sentimientos de abandono y deterioran su autoestima y su seguridad.

 ·         Usa consecuencias educativas en lugar de castigos

Los niños deben aprender a pedir disculpas y a reparar. Deben tener un acto bondadoso con el otro si es que lo hirieron o lo hicieron sentir mal con su comportamiento. Por ende, las consecuencias deben ser coherentes con el comportamiento, razonables, y acordes con la edad. “Por ejemplo, si el niño rompió una porcelana o un jarrón ¿qué tiene que ver dejarlo sin ver televisión toda la tarde? Esto no le permite reparar. Lo correcto sería que, con la supervisión de un adulto, ayude a limpiar el desorden creado y que luego genere una acción restaurativa, como ahorrar una parte de su mesada, para ayudar a comprar uno nuevo.


(Liliana Orjuela, psicóloga clínica, máster en Derechos de la Infancia y referente técnica de prevención de violencia intrafamiliar del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Ser Papás -2020).




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