Consejos para nutrir con inteligencia emocional a tus hijos


La inteligencia emocional influye decisivamente en nuestra vida. Educar correctamente a un hijo en inteligencia emocional puede aportarle beneficios futuros en muchos ámbitos de su vida: bienestar personal, ámbito académico, trabajo, relaciones interpersonales, entre otros. La capacidad de manejar los sentimientos propios y de otras personas es la base de la inteligencia emocional, una herramienta importante que se puede aprender desde pequeño. Te damos algunos consejos para que puedas ayudar a tus hijos a conocer y regular mejor sus propias emociones y mejorar sus relaciones interpersonales en el futuro.

 

1.    Reconoce la perspectiva de tu hijo y ponte en su lugar

Cuando no puedas hacer nada para que tu hijo no se sienta triste un día, ponte en su lugar. Ser entendido ayuda a los seres humanos a aceptar las emociones negativas. Si la respuesta emocional de tu hijo te parece desproporcionada respecto a la situación, entiende que cada uno vive la vida a su manera y, en muchas ocasiones, es necesario experimentar el dolor para crecer. Sentir que alguien entiende nuestro punto de vista puede ayudarnos a pasar el mal momento en vez de quedarnos anclados en una experiencia negativa. Deja que se exprese.

Acepta las emociones de tu hijo en vez de minimizarlas o rechazarlas, de lo contrario, le das el mensaje de que algunas emociones son inaceptables y vergonzosas. No aprobar ni validar sus emociones negativas (por ejemplo, su rabia) no va a provocar que deje de sentir esas emociones, y puede causarle represión emocional. Enséñale la gran variedad de emociones que existen y ayúdale a aceptar que son parte de la condición humana. Eso no quiere decir que para vivir en armonía con otros individuos es necesario controlar algunas emociones (controlar es conocer el sentido de la emoción). Si aceptas sus emociones le enseñas que la vida emocional no es peligrosa, sino que es universal y manejable. Esto es beneficioso ya que le ayuda a aceptarse a sí mismo tal y como es.

3.    

Escucha activamente a tu hijo

La escucha activa se trata de escuchar a los niños intentando comprender lo que nos dicen y lo que sienten. Es decir, se atiende primero el componente emocional (sentimientos, emociones, sensaciones) antes que el racional (ideas, creencias, conocimientos). Presta atención a lo que tu hijo te intenta decir cuando te confiesa sus pensamientos y emociones, y después hazle saber que le has entendido. Por ejemplo, si sospechas que tu hijo puede estar herido porque pasas más tiempo con su otro hermano, invítale a que te abra su corazón y te lo cuente. Después puedes usar ejemplos de tu propia vida para demostrarle que le entiendes. Esto puede ayudarle a entender que todos sentimos emociones placenteras y emociones dolorosas.

4.    

Enséñale a resolver problemas

Las emociones son mensajes con un significado, enséñale a tu hijo a entenderlas, sentirlas y tolerarlas sin necesidad de actuar sobre ellas, así se reduce su intensidad. Una vez que se han aceptado éstas, ya puede pasar a la resolución de problemas. Cuando las emociones se aceptan, su nivel de intensidad desciende y la mente está en mejores condiciones para resolver problemas. Enséñale a ser paciente, a entender y regular sus propias emociones. De esta manera, mejorará su autocontrol emocional. Enseña a tu hijo a identificar, etiquetar, entender y regular las emociones, pues va a favorecer el empoderamiento en su vida, y le dará la oportunidad de resolver los problemas que puedan ir surgiendo en su día a día.

5.    Juega a ser emocionalmente inteligente

A través del juego los niños aprenden habilidades, y éste es un elemento básico en la vida de un niño, que además de divertido resulta necesario para su desarrollo. El juego puede aportarle muchos beneficios y puede ayudarle a comprender mejor sus emociones. Por tanto, el juego es útil para ayudar a experimentar emociones como la sorpresa, la felicidad, la incertidumbre, el miedo, el enojo y puede favorecer el desarrollo de la habilidad para la solución de conflictos emocionales personales e interpersonales.



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